Tres días

domingo, 20 de febrero de 2011

|
[Destrucción]
Just a little more, please

Llorar la pena. Llorarla hasta que no quede nada que llorar. Y luego, seguir llorando. Llorar por el gusto de sentir el agua nacer y caer. Llorar para que cada pequeño milagro me acaricie el rostro, como cuando tu mano fría se escurre de mi piel hasta el alma. Y entonces echarme a temblar. Llorar como si no hubiera gente en el mundo muriéndose de hambre. Llorar sin pasado y sin futuro, desconsoladamente, hasta el amanecer. Llorar como si no existiera en el mundo otra cosa que mi lágrima y yo. Llorar sin entender por qué se llora, sin que importe, sin pensar.

Y notar que el aire me quema, preso en la garganta, como cuando tus manos se anudan a mi cuello y te cuestionas si deberías desatarte. Sólo un segundo más, por favor.

Y sentirme inundada de contradicciones. Soy animal salvaje y fiero, y soy persona mansa y calma, áptera y estéril. Soy yo, la que busca un soplo de aire fresco y la que se niega a respirar. La que sólo quiere complacer, la que siente que no merece la vida que derrama entre sus lágrimas.

Llorar como si no hubiera agua en el mundo. Llorar tanto que las nubes dejen de llover por vergüenza de no ser capaces de llorar más que yo. Llorar sin abrazo, sin abrigo, sin ropa ni motivos. Llorar por haber llorado tanto.

Lloro para sacarme esta entraña astillada, la que tú mismo atrapaste como un perro a su presa. Aquella a la que tú le hincaste el diente. Cada vez más hondo. Inundándome de marcas y recuerdos. Cada vez más dentro. La que lleva tu nombre. Cada vez más daño. La que un día será cicatriz. Cada vez llegamos. La que te agarra a mí y a la certidumbre de que habrá una próxima vez. Cada vez más lejos. Una última vez.

Lloro porque nunca más, porque te odio, porque hasta siempre, porque qué más da. Porque te quiero, lloro, porque me lo puedo permitir. Porque cada día, irremediablemente, amanece.



[Vacío]

No saber lo que se busca. No entender lo que se encuentra. Sumergirse en un mundo de absoluta oscuridad. Desorden y caos. Quedarse mirando un punto en el horizonte y no ser capaz de reaccionar. Contemplar el paisaje desolado. No encontrar las palabras, ni los sentimientos. No existe un estímulo que pueda despertar la más mínima emoción. Sentirse paralizado por el miedo, por el terror más absoluto. No tener certezas, ni respuestas, ni preguntas. Olvidar todo lo aprendido hasta ese mismo instante. Dejarse envolver por la inercia. No buscar soluciones, porque ya no existe el problema. Se ha marchado. Y nada más. No hay espera ni esperanza. No hay vida. Vacío.



[Reconstrucción]

Ha florecido tu semilla

Esa tan oculta, tan camuflada, tan enterrada que ni yo misma era consciente de que existía. Esa que, al igual que pasó con la anterior, parecía más sórdida y perversa, pero eran sólo ramas que me despistaban de su presencia. La verdadera lección es otra muy distinta. La verdadera flor que hoy está naciendo, a la luz del sol, esa no tiene miedo ni debe ser ocultada.

Hoy quiero saberlo todo, de todo y de todos. Siento una curiosidad imposible de frenar hacia todo aquello que me rodea. Quiero entender todos los sentimientos, conocer todos los olores y ver amanecer la ciudad cada día con una luz distinta. Quiero empaparme de libros, películas, música y conversación. Quiero entender el blanco, el negro y todos sus matices. Quiero no parar de preguntarme por qué y no volver a sentir jamás que ya tengo todas las respuestas. Tengo sed de conocimientos, de diccionarios, de idiomas, de ritmos, de sabores, de geografía y de lágrimas.

Déjame saber de todas las alegrías y de todas las tristezas, que no hay mayor pena que sólo saber de risas. Llévame de un lado a otro para que pueda sacar conclusiones. Sácame de quicio, muéstrame la paz absoluta, enséñame a leer mapas y construir hogares. Ven a tomar el sol conmigo y háblame de rayos, ondas, vitaminas y gafas que se rompen. Cógeme de la mano y explícame por qué se me eriza la piel cada vez que me tocas.

Yo mientras tanto guardaré a la sombra, en mis sombras, otra flor. A ella no se le permite la entrada en los jardines del Edén.

0 comentarios:

Publicar un comentario